Walt Disney World tiene cuatro años venciendo metas energéticas.
En 2016 entró en operación una planta solar de 5MW y el año pasado se complementó otra planta de 50MW.
Además de contribuir en los consumos de energía de dos de sus cuatro parques, las plantas solares inyectan energía a la red abasteciendo a más de 10 mil casas habitación y mitigan 57 mil toneladas de emisiones de gases de efecto de invernadero por año.
Lo que caracteriza a estas instalaciones es su diseño. La primera planta simboliza las distinguidas orejas de Mickey Mouse, algo que nos deja claro que la compatibilidad entre ingeniería y estética existe.
Mientras que la segunda planta nos enseña un reto mayor al ser diez veces más grande con medio millón de paneles que se mueven para seguir al sol.
Tanto Magic Kingdom como Epcot, los dos parques que cuentan con generación fotovoltaica nos demuestran que independientemente de la necesidad energética, la solución siempre será renovable.